EL LUGAR DE LA DROGA EN EL
SUJETO Y EL LUGAR DEL ADICTO EN LA TRAMA SOCIAL
POR SUSANA GUTIÉRREZ POSSE
Introducción del artículo: "Tratamiento ambulatorio de
abordaje múltiple del paciente drogadependiente:
Recorte clínico que muestra la dinámica
de un grupo de pacientes y de un grupo de padres´.
En el film “Edipo rey” de Pier Paolo Pasolini, cuando Edipo se encuentra con
la esfinge, con lo desconocido, no lo soporta y la empuja al abismo. Ella,
la esfinge, dice: “Es inútil, el abismo al que me empujas está en ti”
Podemos decir que con el paciente adicto se trabaja hacia el encuentro con
su propio abismo. Y el rechazo que suele manifestar al tratamiento se puede
traducir en un “no querer saber”, allí donde “no se quiere saber” se busca
la solución por vía de la sustancia.
Es el sujeto del no pienso, de las compulsiones. Atrapado en los iconos
afanísicos de las imágenes, un sujeto sin razones, como se muestra en uno de
los personajes de la película Trainspotting. “Elijo no elegir la vida, las
razones? No las hay.”
La cultura del consumo propicia la aparición de un sujeto sin preguntas por
la existencia. La intención es alejar, sacarse de la piel aquello que
insiste y que provoca malestar, pero sin averiguar causas.
Se sostiene la creencia que poseer- adquirir objetos es lo
que otorga plenitud.
El consumo de drogas se presenta como una extensión a la filosofía hedónica
de la búsqueda progresiva de placer. No habría justificación para aguantar
un sinsabor, Ni el dolor pueda ser tolerable. Es una generación que
desarrolla teorías por las cuales justifican sus hábitos de vida, de "placer
arriesgado" con conocimiento de autocontrol. Jóvenes exitosos entrenándose
para prescindir del otro.
Una ideología que produce hombres con ataques de pánico,
presos de ansiedad, ligados a la depresión y a la angustia.
Y se encuentra la solución en la droga creando la ilusión de gozar
prescindiendo del semejante.
El tóxico brinda todo y más, ya sea por su efecto anestésico o estimulante.
Pero cuando “esta prótesis” deja de ser la adecuada, es el momento en que se
realiza la consulta. El trabajo consistirá en saber cual es la función que
el tóxico cumple en la subjetividad. Para lo cual el sujeto deberá recorrer
los laberintos de una interrogación por las causas y será él mismo el que
las transfiera a un decir. Es una apuesta del caso a caso. Donde el
dispositivo analítico ante un paciente intoxicado suele verse excedido
Se plantea una clínica nueva, en la cual la condición es que se acepte
trocar el goce que brinda el tóxico, por el goce de la palabra.
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